No son pocas las veces que he escuchado de cerca la palabra fanático, no molesta, llega a ser un reconocimiento.
Cómo nos gustaría mirar al futuro sin un pasado inmediato que no nos acosara. Cómo no nos gustaría mirar al futuro sin que la división estuviera de por medio. Cómo nos gustaría mirar al futuro sin tener el temor de que seremos burlados, timados, estafados, robados. Pero lamentablemente no podemos librarnos del pasado, este hoy, en menos de un cerrar de ojos ya es pasado y lamentablemente no nos depara nada bueno. Estamos apresados en un círculo inventado por malévolos ciudadanos cuyas intenciones no podemos fácilmente dejar al descubierto, porque son astutos, son cínicos e hipócritas.
¿Donde han calado hondo? Pues en nuestros jóvenes. Concientes de que "El que controla el presente controla el pasado"( G. Orwell ), lo han hecho una realidad con nuestro querido Chile.
Los izquierdistas no se detienen ante nada, no se avergüenzan de contar mentiras por verdades, no trepidan en lloriquear, rasgar vestiduras de inocencia, de hablar de paz, de persecuciones, asesinatos y asesinos, cuando tienen la mente y las manos envilecidas y manchadas Una mente envilecida con las mentiras de una ideología supremacista y totalitaria, y las manos manchadas de sangre no sólo con la sangre de sus adversarios, sino que también con la sangre de cientos de miles de tontos útiles que han desperdiciado sus vidas por sostener a sus dirigencias y nomenclaturas.
Incansablemente hay que levantar el dedo acusador apuntando hacia la izquierda. Cierto es, que todos tenemos y debemos asumir responsabilidades respecto a lo que hacemos con nuestras vidas, no obstante hemos sido sobrepasados, porque no podemos vivir siempre desconfiando. Pero ese es el punto preciso, la izquierda espera ese justo momento para atraparnos, espera que confiemos, para traicionar.
Hay una historia muy singular que proviene de las últimas tribus caníbales encontradas, la historia dice que estos aborígenes de Nueva Guinea se comían a sus congéneres por ser esto el resultado de la mayor de las inteligencias y la astucias... Elegían a la víctima con meses de anticipación, iniciaban un proceso de amistad el que tenía que desembocar en que la víctima jamás pensara que se iban a comer. a tal punto que el día fatal tenía que ser el más feliz de su vida.. El triunfo de este sagrado ritual, consistía en desvirtuar la confianza, y así lo hicieron por generaciones hasta que conocieron el cristianismo.
De este modo vivimos, aunque paresca extremos, la izquierda ha desvirtuado la "confianza" ha traicionado las normas del buen vivir, los politiqueros, la fronda política no sirven al la ciudadanía, se sirven de ella, en el momento más inesperado se la sirven en "bandeja".
Desde hace más de 38 años que somos testigos presenciales y víctimas de la izquierda y de los malos políticos.
¿Hasta cuando les permitiremos que sean "los dueños de Chile" (HPdeAI)?
Septiembre de 2008.
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