Palabras de Jaime Guzmán en el funeral de Simón Yévenes

Palabras de Jaime Guzmán en el funeral de Simón Yévenes

4 de abril de 1986.
“Que mis primeras palabras sean de perdón y no de rencor. Que nuestros
primeros sentimientos sean de amor y no de odio. Así lo exige la memoria de
Simón Yévenes, hombre que supo luchar con valentía inigualada, pero que jamás
conoció ni el rencor ni el odio. Así lo exigen también los principios de la Unión
demócrata Independiente (UDI), en cuyo servicio Simón Yévenes llegó hasta
inmolar conscientemente su propia vida.

Cuando hace poco más de dos años fundamos la UDI, declaramos que nacía
en Chile un movimiento político que, lejos de ser un simple partido más del estilo
de los que han predominado en nuestra vida pública tradicional, representaba toda
una nueva concepción y perspectiva de lo que debe ser e inspirar la acción política.
Señalamos ya entonces que junto a ideas claras, realistas y constructivas
respecto de nuestras estructuras sociales, era menester que ellas se fundaran sobre
la roca sólida de nobles principios morales y patrióticos, capaces de impregnar no
sólo las actuaciones públicas de nuestro movimiento, sino la conducta personal de
cada uno de sus integrantes.

No tengo dudas que si Simón Yévenes se integró a la UDI y se mantuvo en
nuestro movimiento a pesar de tan reiteradas amenazas contra su vida, fue porque
en él vibraba un espíritu de esa fortaleza moral, de esa calidad humana y de ese
sentido patrio, que hoy lo agigantan ante el país entero. Por ello, Simón Yévenes es
un mártir de la UDI y de Chile.

Ejemplar esposo, padre e hijo, Simón supo cultivar en su familia lo mejor
que un hombre puede sembrar. Eficiente y abnegado hombre de trabajo, Simón
conquistó el aprecio generalizado de su gremio de comerciantes. Valerosos
dirigente poblacional, Simón marcó una ruta a miles de pobladores en estos
últimos años.
Y sin embargo, manos crueles y mentes desquiciadas por el mal, lo
asesinaron en forma fría, brutal y cobarde.

Con ello el Partido Comunista ha pretendido atemorizar a quienes hemos
resuelto combatirlo sin tregua y disputarle palmo a palmo las poblaciones, que el
totalitarismo marxista quisiera doblegar por medio de la violencia y el matonaje.
Pero se han equivocado profunda e irremediablemente. Porque si hasta ayer
nuestra voluntad de lucha era firme, desde hoy el martirio de Simón Yévenes la
convertirá en indestructible. Y ella sumará a miles y miles de chilenos que hasta
ahora comprenderán que estamos frente al sacrificio supremo de un mártir que los
obliga a ser dignos de su testimonio heroico.

Por eso el dolor de sus familiares que sólo Dios puede mitigar, está hoy
acompañado de la certeza que la muerte de Simón Yévenes no ha sido ni será en
vano. Y es que no dar cabida al rencor ni al odio, no quiere decir que este crimen se
olvide ni que la lucha en la cual cayó nuestro mártir vaya a amainar. Todo lo
contrario. Los asesinos de Simón sabrán con cuánta mayor energía se combate en
contra del Comunismo cuando se actúa movido por los valores del amor a Chile y
del amor al prójimo que ellos no entienden, pero contra los cuales se estrellarán
para su derrota definitiva.

Simón Yévenes ha sido asesinado. Pero Simón Yévenes no ha muerto.
Porque los mártires no mueren, sino que su sangre fecunda la tierra para hacer
brotar de ella frutos que acaso nunca soñaron. Quede sellado en esta tarde de
tristeza y emoción inigualadas, el compromiso solemne de la UDI de ser fiel a esa
semilla y a esos frutos, para perpetuo homenaje de Simón y para vigorosa
esperanza de Chile”.
Fuente

1 comentario:

  1. Jaime nunca penso que estaba escribiendo su propio discurso frente a su propio asesinato.

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