jueves, 30 de diciembre de 2010

Mi reino no es de este mundo.


Doña Anastasia Angelescu Vladimirov N° 160...respetada señora o señorita:e
Tiene razón en algunos aspectos, pero vamos a lo sin razón....El Mercurio y este blog, son un medio de comunicación en el cual la participación esta “moderada”, por personas que entienden bien de que se trata el polemizar...así es que todos podemos expresarnos como mejor pensemos que corresponde, muchas veces parece descabellado o majaderala la participación, pero esta permitida... y entonces donde no estoy de acuerdo es que deje esa sensación de descalificación para quien no ve las cosas igual que usted, siga participando y dele razones a sus adversarios en lo que usted no este de acuerdo, antes de mandarlos de vuelta al oratorio¿dijo?...

En lo que estoy de acuerdo es en aquello que usted dice de Nuestro Señor Jesucristo, de que las malas traducciones a veces crean dificultades para entender exactamente su palabra, pero hay tres asuntos que me permito agregar con respeto y humildad....
Nuestro Señor no intentó jamás en su vida terrenal establecer un reino parecido a los que hemos conocido y conocemos, dijo que su Reino no era de este “mundo” y que no tenemos obligación de organizarnos para crear uno nuevo, eso ha sido parte de los errores, asumir una tarea que El realizara cuando vuelva...

...De sus enseñanzas claramente se desprende que el Capital no es problema, sino como se usa y quién lo maneja, es decir es un asunto de individuos...en el fondo todos somos capitalistas, se trate de la dimensión o del sistema económico o social que sea....

Y lo tercero...Nuestro Señor Jesucristos claramente dejo establecido que sólo mediante el Espíritu Santo podríamos entender sus verdades y saber cuando no provenían de El.
Bien escribió el columnista:
Pero todo eso ha sido posible porque esta nueva camada de servidores, en su mayoría, tiene claro que los principales rivales de toda su acción son ellos mismos, la debilidad de su propia naturaleza humana. Saben que, para hacerlo bien, deben seguir los dictámenes de su conciencia; pero saben también que esa válvula de seguridad se guía por normas que cada uno de ellos no se ha dado a sí mismo, sino que están inscritas en el fondo de sus corazones.”..(Gonzalo Rojas)
Más o menos de eso se trata, valores y principios escritos en el fondo de nuestros corazones, que nos permiten responder en conciencia frente a los desafíos de la vida....

Atentamente.

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