Posteado por: Enrique Jeraldo Guerra 24/02/2010 16:01 [ N° 173 ]
En periodismo, la definición correcta del título constituye un connotado ejercicio profesional, en modo alguno tarea para advenedizos. El título perfecto, además de llamar el interés del lector, lo es de por sí cuando guarda estrecha relación con el texto. Para alcanzar tal maestría es imprescindible conocer el valor exacto de los vocablos. Porque cuando el señor Rojas aplica la palabra "esquizofrenia", excede con demasía el sentido figurado. Corro el riesgo de que más de alguien califique esta crítica como el acto de un tonto grave. Lo asumo.
En el diccionario de la RAE, se lee lo siguiente:
"Esquizofrenia: psiquiatría. Grupo de enfermedades mentales correspondientes a la antigua demencia precoz, que se declaran hacia la pubertad y se caracterizan por una disociación específica de las funciones psíquicas, que conduce, en los casos graves, a una demencia incurable".
Cuando el señor Rojas habla de la "Esquizofrenia de la cultura" anula el uso correcto de la palabra que le da carácter de sentencia a la oración: es inaplicable, no viene al caso. Nos quiere hacer creer que la cultura nacional es presa de "demencia incurable" (¿?), que los promotores de ella son "dementes incurables".
Desde todo punto de vista constituye un exceso. El lenguaje figurado permite expresar una idea valiéndose de otra palabra semejante a la primera utilizada, ya sea real o imaginaria. Procede de manera opuesta al lenguaje literal. Las palabras tienen una dimensión física (visual y sonora); suelen usarse tal como en los caligramas ("llovían los golpes en el ring", "el mar humano era impresionante").
Esto es: sugerir cosas distintas, cuando se convierte un verbo en complemento directo o sujeto. Titular "Esquizofrenia de la cultura", dicho de manera llana, es una cantinflada o un payaseo inadmisible por parte de quien acredita algunos laureles académicos. La política cultural del gobierno no ha sido obra de locos; y sostener que sí fue tarea de dementes, es injusto. Como el texto fue redactado con seriedad (no se advierte un ápice de ironía), el título debió ser escrito con ponderación.
Y si la nota hubiese sido un análisis jocoso, bienvenida. Pero fue todo lo contrario.
Sr. Jeraldo,
Creo que usted sencillamente no da con el uso conceptual que el columnista hace de la palabra esquizofrenia: etimológicamente quiere decir "cerebro dividido" y, en la psiquiatría moderna es una forma de conceptualizar la profunda escición de la personalidad de quienes padecen esta enfemedad.
Esta división o disociación (que nos acerca a la locura) es la que pretende subrrayar Rojas con su columna: inversión y recursos en cultura, nuevas salas, museos, producciones, etc. etc. y, desgraciadamente, el comportamiento de las masas, la población y, los productores de la cultura y los espectáculos, cada vez más primitivos, involutivos y torpes.
Falta elevación del espíritu y, para esto, no basta con la trillada épica izquerdista; es miope y no ve ni deja ver aspectos obvios de la realidad.
Gastemos recursos en cultura, produzcamos cada vez más eventos, grupos músicales, exposiciones. etc. etc. Y, (¡ay pobre Chile!) cada vez mas groseros, chabacanos, coprolálicos, primitivos, torpes, insolentes, irrespetuosos, irreflexivos, chatos y amorales.
Es de verdad una esquizofrenia...
Posteado por: Enrique Jeraldo Guerra 24/02/2010 17:14 [ N° 185 ]
Don Gonzalo:
Según usted, no he dado con el "uso conceptual", pero si usted atinó, y ¡de qué manera, al darme la razón!... Por mucha ligereza que se aplique en un texto, por mucha picardía que se desee ponerle al título, no es correcto describir la cultura que promueve el gobierno como el resultado de "la profunda escición de la personalidad de quienes padecen esta enfemedad." ("Escisión"-"enfermedad").
Si usted insiste en el mismo predicamento "conceptual", ¿todo lo hecho en teatro, literatura y música es la obra de enfermos mentales?
Otro párrafo suyo:
"Esta división o disociación (que nos acerca a la locura) es la que pretende subrrayar Rojas con su columna: inversión y recursos en cultura, nuevas salas, museos, producciones, etc. etc. y, desgraciadamente, el comportamiento de las masas, la población y, los productores de la cultura y los espectáculos, cada vez más primitivos, involutivos y torpes..."
Don Gonzalo:
El Capitán General desarmó la magnífica educación normalista. Traspasó liceos y escuelas a las municipalidades y éstas a hábiles lucradores; introdujo institutos y universidades callampas por decenas; estranguló el humanismo (adiós francés, filosofía, educación cívica); fomentó la mano de obra barata.
La Concertación deja inconclusa la tarea de recobrar la educación para la mayoría.
El pinochetismo sigue anclado al subsuelo: jamás hubo respaldo total por parte de la Alianza para superarlo. Se ha hecho cultura para la sociedad que dejó como legado intelectual ese período. Una generación de castrados espiritualmente, a la que se intentó desasnar.
Hubiese preferido 1.567 orquestas juveniles tocando a Mozart o Bach, a 300 mil chicos seguidores de Modigliani o a 400 mil émulos de Baryshnikov, pero los sorprendió la tarea cuando reconstruían cientos de escuelas y liceos, cuando programaban darles almuerzos a todos los niños de Chile.
Ah, su Presidente prefiere a los merchants...
Posteado por: Enrique Jeraldo Guerra 24/02/2010 18:13 [ N° 204 ]
Al tenor de posteos firmados por distinguidos futuros gobiernistas se va perfilando la "cultura" que consagrará el próximo Presidente. Será imprescindible borrar toda huella de las obras concertacionistas. El problema mayor radica en dónde poner el acento. ¿Reemplazar los festivales de la canción de la izquierda por oratorios decimónicos? ¿Sólo cantatas de Bach según Helmuth Rilling, o ciñiéndose al modelo de Bayreuth, al estilo de Barenboim, con despliegue monstruoso de obras wagnerianas?
No creo que se llegue a tanta fineza estética porque los diletantes de casa no conocen más allá de "Madama Butterfly" o "La Bohemme", óperas que, no obstante ser demasiado "orejas", se acreditan como segundo himno nacional para los habitués del Municipal.
¿Promover festivales de la Canción en Lo Barnechea o las Rocas de San Domingo, con suculentos premios, para cantarle al último Porsche de papá, a las peripecias pantagruélicas de una noche de dorada culinaria en París? ¿Concursos de poesía para perfilar los sabores celestiales del caviar o emotivo tributo al delicioso y desinhibidor Dom Perignon? ¿Certámenes novelescos acerca de un caso policial basado en el robo millonario de un contenedor completo de Chanel N° 1, supuestamente ocurrido en la aduana de Valparaíso?
También podrían darse concursos sobre las líneas puras y seductoras de la última "edición" de Mercedes Benz o algún modelito aerodinámico firmado por Lamborghini. La derecha tiene mucha materia prima en cuanto a fomentar las obras cimeras del arte. Claro, será difícil que tengamos subastas de algunas telas, ni siquiera algo baratas de Picasso o Klimt.
Pero, a modo de consuelo, TVN podría dar satisfacción a tanta demanda de vuelo artístico superior con recitales de "Los Huasos Quincheros" y la señorita Patricia Maldonado como animadora. Es el panorama próximo. En una de ésas, nos llega una oleada de arte fino, por ejemplo, para apreciar en vivo y en directo los famosos huevitos de Fabergé
Posteado por: Gonzalo Barros 24/02/2010 19:56 [ N° 236 ]
Sr. Jeraldo,
Es evidente que usted entiende el uso que le da el articulista al concepto de "esquizofrenia de la cultura".
Así como yo puedo admitir que tuve un error ortográfico, usted puede admitir (de hecho lo hace tácitamente) que la alusión de Rojas a la inversión en cultura acompañada de la falta de cultura, o de manifestaciones culturales de buen nivel, están a la vista. ¿Como explicamos si no que no hay 1.567 orquestas juveniles tocando a Mozart o Bach, a 300 mil chicos seguidores de Modigliani o a 400 mil émulos de Baryshnikov?
Usted señala como excusa: "los sorprendió la tarea cuando reconstruían cientos de escuelas y liceos, cuando programaban darles almuerzos a todos los niños de Chile".
Me temo que en su análisis hay aspectos algo anticuados y excusas que no dan con el punto en cuestión. Podríamos revisar los dineros gastados en cultura, los dineros que giraron los gobiernos concertacionistas a fundaciones políticas o partidos políticos, la calidad (dudosa) de muchos de los emprendimientos culturales que se financiaron a cuenta de voluminosos fondos del erario nacional y podemos llegar a la conclusión de que su afirmación de que el dinero se gastaba en construir escuelas y dar alimento a los niños (parece argumentación de novela hiper realista del s. XIX) es más poética que real.
Ha habido mucho dinero malgastado y, la gestión de los gobiernos de la Concertación ha sido de luces y sombras a este respecto.
La idea de administrar fondos concursables para proyectos culturales es buena (viene de la época del vilipendiado general Pinochet), el problema es si los criterios que hacen admisible el financiamiento apuntan a un estándar de calidad importante o se estacionan en el deseo de administrar la cultura de acuerdo a las tendencias ideológicas del gobierno de turno.
Este tema no lo resolvió la Concertación en forma adecuada por que la carga ideológica de su discriminación por los mensajes culturales es obvia; no admitirla y no verla es padecer de miopía.
Es añejo seguir estableciendo referencias y comparaciones con el gobierno del ex-presidente Pinochet. Es lo que la mayoría de los chilenos no ha querido seguir comprando por que terminó siendo una manipulación barata.
¿Todos los problemas de la Concertación, toda su incompetencia e incapacidad se explican en que la culpa la tiene el malvado de Pinochet? ¿Hasta las deficiencias en su gestión cultural? ¿La obra de teatro en que Arturo Prat era un homosexual reprimido? ¿La elección de “la isla 10” por sobre “la nana” para representarnos? ¿No es una versión o lectura de la gestión de la Concertación hiper sesgada no ver los propios errores? ¿No ver los sectarismos, taras y cegueras propias de toda elección ideológica? ¿O los chilenos que mayoritariamente eligieron a Piñera están equivocados?
Es verdad, la educación es el vehículo para transformar y educar un pueblo. No nos equivoquemos, esta parte por la familia. ¿Qué hizo la Concertación a favor de la familia? ¿Propició una cultura a favor de la familia o fomentó su destrucción?
La educación sigue en la escuela ¿Qué hizo la Concertación para mejorar la educación en Chile? ¿No se quedó entrampada en las demandas ideológicas de sus gremios y perdió la visión de futuro?
¿Si la inmensa mayoría de los jóvenes no se quiso inscribir en los registros electorales ha sido por que la clase dirigente política lo ha hecho bien? ¿O de esto también tiene la culpa el general Pinochet?
La verdad Sr. Jeraldo, es que se viene un cambio muy fuerte con el nuevo gobierno de Piñera; si logra los objetivos propuestos va a cambiar el eje de nuestras añejas conversaciones sobre política.
Para mientras, si usted desea sigue viviendo la épica del sí y del no; solo que, debe tener claro que con esa visión de país no les alcanza para volver al gobierno: propongan logros y formas de realizarlos.
Seguir con el tango de que vivíamos en país de las maravillas (un país subdesarrollado, mono productor, bastante mediocre), vino el malvado Pinochet y nos mando al infierno, es un tema pasado de moda. Mientras sigan dándose vueltas en esos versos solo le queda convivir con la nostalgia…
La historia de Chile es mucho más potente que ese episodio; el futuro requiere otros versos y otras melodías.
Ha de haber una razón por la cual la batuta de la orquesta la ha tomado la derecha; algo más profundo que la historia del “malvado dictador y sus heroicos detractores”. Algo para lo cual se requiere otra mirada, una que se posa más allá de los “sacramentales” allendistas y otros rituales de estos últimos 20 años…
La disociación y la esquizofrenia de la cultura y el alma nacional tal vez sigan; hacer una mejor cultura, poner a la juventud en sintonía con logros y realizaciones, permitir que se expresen en su mejor nivel las mejores manifestaciones humanas, puede ser un logro difícil, casi imposible. Tal vez para alcanzarlo se requieran no solo talentos y recursos, tal vez se requieran competencias espirituales (en esto estoy con Gastón Soublette). Si queremos alcanzarlo debemos incluir todo lo que nos pertenece y hacerlo con armonía. Una versión sectaria y parcial de Chile y su historia no logra mucho; solo nostalgia, esa que hoy le sobra a la Concertación…
Posteado por: Enrique Jeraldo Guerra 24/02/2010 21:13 [ N° 247 ]
Don Gonzalo:
Abreviemos... ¿Tendría la gentileza de poner las cartas sobre la mesa?
A saber, políticas culturales del gobierno futuro, cuáles van a ser sus referentes; si el capital (con beneficios impositivos, desde luego) va a ser el motor de impulso; si habrá sponsors al estilo del rugby norteamericano; si predominarán los mecenazgos (con descuentos también en tributos). ¿Tendremos cultura dispersa graciosamente en los malls?
¿El plan del mandatario entrante considerará sólo a intelectuales de derecha (¿existen, dónde están?), sólo tendrá billetera fiscal a claro beneficio de los parciales adscritos a la Alianza, o ampliará su tolerancia presupuestaria a vates comunistas, novelistas del PS, investigadores del PRSD o "independientes" que no siguen las aguas ddel piñerismo?
De momento tengo una enorme duda: por favor, defina lo que es la cultura de derecha (sus valores ontológicos, por decir algo). Aunque me asaltan otras dudas:
¿Serán vetados intelectuales históricos, por ejemplo Pablo Neruda?, ¿ustedes tienen reemplazantes eventuales para cubrir las ausencias del Inti Illimani y de Los Jaivas?
Usted nos ilustrará con abundante información. Datos, por favor, para enriquecer este debate
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