Un país al borde del colapso.

Cuando Augusto Pinochet y los militares depusieron al izquierdista Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973, encontraron un país al borde del colapso económico, cualquiera hubiesen sido las razones y que la izquierda ocupa su mano para tergiversar la historia, pero esa es la verdad.
Cuando el General Pinochet murió, Chile no era ni la sombra de aquellos aciagos años de los sesenta y setenta y parte de los ochentas. Y todo está entrelazado. En 1990 después de 17 años de gobierno autoritario, Chile se consagró como una de las más robustas democracias existentes en el mundo, a pesar de los denodados esfuerzos de la izquierda y sus esbirros por transformar la institucionalidad. Si tan sólo el General Pinochet hubiese entregado la comandancia en 1990, no estaríamos escribiendo en estos términos.

Chile y millones de chilenos podemos hacer la comparación de como vivíamos hasta antes de 1973, y podemos compararlo con la vida de un país después de 1985, podemos compararlo con la vida de aquellos pueblos que hoy día sucumben ante el izquierdismo, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Cuba, Nicaragua, en latino América...en África, en Asia, y ni siquiera la fuerte economía de China, desmiente que esos pueblos son esclavizados por la izquierda.

En Chile se deben hacer correcciones para reparar los 20 años de corrupción de los gobiernos de la izquierda y sus esbirros, y volver a recuperar el paso y el legado dejado por Pinochet y las FF.AA. y de Orden, y de hacerse, nada nos alejaría del lugar que nos corresponde como nación desarrollada y soberana.

Para ensombrecer la figura del General Pinochet y el gobierno de las FF.AA., y de Orden, desde el mismo septiembre de 1973, se ha usado la más grande orquestación mediática de la izquierda nacional e internacional conocida en la historia universal, incluso el uso de 20 años de corrupción y enriquecimiento ilícito, prevaricación en los poderes del Estado, asociación con el monopolio globalista y nacional. Mas nada de ello logra rebajar ni desconocer el valor de un “proceso histórico” que se dió en la necesidad y las circunstancias que vivía nuestro país...y que pudo llevarse a efecto gracias a la “valentía, y la visión” de Augusto Pinochet Ugarte, y a la confianza que depositaron en el civiles y militares que lo respaldaron como gobernante.

Y hay que remarcar, ninguna propaganda política, ni estigmatización podrá jamás con la verdadera historia escrita en los 17 años de GM con el General Pinochet a la cabeza.

17 años de gobierno autoritario, 17 años del Presidente Pinochet manejando los destinos de Chile, sobradamente justificados por sus resultados, los permiten confirmar que ellos pusieron al país de cara al desarrollo, a una robusta institucionalidad, a la verdadera democracia, donde la libertad en el país, es a pesar de todos los esfuerzos en contrarios de la izquierda, un privilegio de todos los que pisan el suelo chileno, lugar donde los hijos de esa patria pueden vislumbrar que si definitivamente nos libramos del “yugo izquierdista”, anhelos y sueños se pueden ver cumplidos.

Pueden hablar de los defectos que tuvo el GM, pueden hablar de crímenes ocurridos, de violaciones a los derechos humanos, pero Augusto Pinochet Ugarte murió con sus manos limpias, no gatilló el arma contra ninguno de sus adversarios, ni contra inocentes. No pueden decir los mismo los dictadores de la izquierda. Si las FF.AA., y de Orden se vieron envueltas en desgraciadas situaciones, no son culpables de nada, hicieron el trabajo correspondiente frente a una izquierda artera, hipócrita y perversa.

Y desde más allá de su muerte Pinochet nos sigue hablando, cuando la historia le da la razón que la izquierda elabora sus truculencias, cambia los hechos, levanta mitos, pero estos se desploman con el tiempo, como fue el muro de Berlín, como han caído uno a uno los socialismos, después del socialismo chileno, como se desplomarán todos los que quedan en pié

Y la realidad, la vivencia de los 17 años de Gobierno Militar en Chile... son imborrables en su historia.